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CUANTO VALE MI NEGOCIO

Dr.© MBA Fernando García – Rada Anderson

Para poder estimar el valor de un negocio o empresa debemos de utilizar técnicas financieras. Un negocio no vale por sus activos ni tampoco por el capital invertido por sus inversionistas, éstos son solo sus valores contables más no financieros. En muchas ocasiones el desconocimiento de algunos los lleva a hacer estimaciones erradas del valor real de su negocio, muchos podrían caerse de espaldas al calcular este verdadero valor que puede diferir sustancialmente de sus valores contables.

En primer lugar, se debe definir la fuente del valor de todo negocio, y no es otra cosa que sus futuros. Si miramos el pasado, solo obtendremos el valor contable, pero no el valor real o de mercado. Por ello, para poder estimar el valor futuro deberemos de proyectar la operación por medio de los flujos de caja futuros, para luego traerlos a valor presente (o actualizarlos a una tasa de rentabilidad mínima esperada). De esta manera, al contar con el valor actual de los flujos descontados se obtendrá el verdadero valor, que es lo que hoy en día vale nuestro negocio.

En concreto, podemos indicar que los negocios valen por la capacidad de generar flujos de caja futuros, esta es la generación de valor en los negocios. Podrá haber empresas con grandes activos, pero si no cuentan con esta capacidad, no tienen generación de valor y su valor será, solo el de liquidación de activos.

También, es financieramente muy común utilizar un múltiplo promedio de valor de mercado, para estimar rápidamente su valor, este múltiplo es de 10 veces su generación de caja, la cual está representada por el indicador EBITDA, que por sus siglas en inglés representa la utilidad operativa de la empresa más la depreciación y amortización de activos. Así, si tenemos un indicador EBITDA de S/100,000.00 (anuales) podríamos estimar referencialmente, que el valor de mercado de este negocio o empresa seria de S/1,000,000.00.

Así como dice el dicho: “no es lo mismo con Juana que con Chana”, acá podemos aplicarlo a cabalidad, ya que al ser el verdadero valor de las empresas su futuro, éste podrá ser distinto según el gestor del negocio. Para ver más claro este concepto, asumamos que soy propietario de una pequeña empresa, con las limitaciones de dinero de mi categoría emprendedora, puedo proyectar los flujos futuros y traerlos a valor presente de donde obtendré mi verdadero valor, pero una Corporativa me viene coqueteando para comprarme -a mi empresa obviamente-, esta corporativa utilizará la misma técnica que la mía (flujos futuros traídos a valor presente);sin embargo, esta compañía posee capacidades financieras inmensamente mayores, lo que implica que su proyección involucrará un grado de inversión en el negocio mucho más alto que el mío, llevando consigo a obtener flujos futuros bastante mayores a los míos. Por ende, para esta Corporativa, mi empresa podría valer unas 5 o 10 veces más.

De esta manera, concluimos que las empresas no tienen un único valor, siempre tendrá un valor para el comprador y otro para el vendedor. Entre estos, habrá un espacio de negociación del precio, el cual dependerá de las capacidades y fortalezas negociadoras de ambos.

Finalmente, como regla de compra o venta, podemos indicar que existen diferencias entre el precio (que es lo que se paga) y el valor (que es ese valor actual), para el vendedor el precio debe ser más alto a su valor, y para el comprador el precio debe estar debajo de su valor.